El coronavirus ha mandado al paro a más mujeres que hombres

La pandemia se ceba con las mujeres trabajadoras.

Ellas tienen casi dos veces más de probabilidad de perder el empleo que los hombres a causa de la Covid. Aunque solo el 39% del empleo global se lleva a cabo por el género femenino, ellas se llevaron más de la mitad (el 54%) de las pérdidas de empleo causadas a raíz del coronavirus.

Son las abrumadoras cifras que salen de un reciente informe de la consultora McKinsey. Las consecuencias económicas de este desequilibrio pueden salir muy caras a la economía mundial. Estas mismas fuentes consideran que si no se toman iniciativas para frenar esta brecha de género en el desempleo, se restará cerca de un billón de dólares al crecimiento económico global en la próxima década. En cambio, si se apostara por reducir estas divergencias y se involucraran las mujeres en el mercado laboral, el PIB mundial podría ganar 13 billones para el 2030. ¿Por qué la Covid ha golpeado especialmente a este colectivo.

Un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) esta semana señala cuatro posibles explicaciones.

Un primer factor es que las mujeres trabajan mas que los hombres en los llamados sectores sociales, que requieren interacciones personales, como comercio minorista, turismo, eventos.

Pero también en ramas de la administración pública, como los cuidados sociales, educación, áreas donde las mujeres representan más del 60% de la fuerza laboral en todo el mundo. Todos estos no solo son trabajos que han sido muy golpeados por el coronavirus (baste pensar en el cierre de un restaurante), sino que son actividades en las que el teletrabajo es prácticamente imposible.Una segunda explicación es que las mujeres, comparativamente, desempeñan sus tareas en el sector informal más que los hombres (esto ocurre sobre todo en los países en vías de desarrollo o aquí, como el caso de las empleadas del hogar). El hecho de cobrar en negro deja a estas mujeres sin prestaciones como las pensiones o seguro médico. A la hora de despedir, es más fácil prescindir de aquellas que no tienen contrato.

Ellas tienen casi dos veces más de probabilidad de perder el empleo que los hombres.

El tercer punto es que, como es sabido, las mujeres realizan más labores domésticas no remuneradas que los hombres. La diferencia varía según los países pero en promedio hablamos de 2,7 horas al día. De hecho, hay estudios que dicen que ellas llevan a cabo el 75% del trabajo no pagado, desde la crianza de los hijos hasta las tareas de limpieza. A causa del coronavirus, ellas han tenido que hacerse cargo de un cuidado familiar extra tras el cierre escolar o tener que asistir a los mayores, sujetos vulnerables y de riesgo.

Esta situación hace que tras el levantamiento de las medidas de confinamiento, su reincorporación al puesto de trabajo acabe siendo más lenta respecto a los hombres, al cargar con más responsabilidades. De acuerdo con los datos que maneja el FMI, en las familias con al menos un hijo menor de seis años, es tres veces más probable que el padre vuelva al trabajo a que lo haga la madre.

Por último, en los países menos avanzados socialmente y económicamente, las pandemias acostumbran a causar una pérdida de capital humano femenino. Por ejemplo, una vez que las niñas se hayan visto imposibilitadas de acudir a las escuelas, es más difícil que vuelvan a matricularse. Como detalle, en India, desde que entró el vigor el confinamiento, en los principales sitios web de matrimonios las nuevas inscripciones registraron aumentos del 30%: las familias quieren concertar acuerdos matrimoniales para asegurar el futuro de sus hijas.

A este catálogo de factores, McKinsey le añade un quinto: la automatización. Entre 40 y 160 millones de mujeres en el mundo necesitarán adaptarse a la transición tecnológica en la próxima década. Aunque en este caso no parece haber un sesgo de género a nivel de profesiones, la consultora subraya que ellas pueden tener más dificultades en adquirir nuevos conocimientos para ser competitivas en el mercado laboral al tener más difícil la conciliación para formarse.

 

 

FUENTE: lavanguardia.com

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